Ph Rocio Frigerio.
Escribe canciones en su cuarto, cuando se arrepiente de lo que pasó, con la intención de solucionarlo. No las lleva al estudio, las graba en su casa. Y, después de haber dejado la guitarra de lado, dice sentirse libre y disfrutar más del vivo. De Wilde, zona sur, Pablo Neptuno aprendió que “ser profesional no tiene onda” y por eso no quiere manager, prensa ni sonidista. O al menos no por ahora que todavía no la pegó y que, en paralelo a la música, tiene que trabajar para poder mantenerse.
¿Sos ‘Licenciado en Administración’ tal como lo dice el nombre de tu disco?
P.N: ¡Si! No es puro marketing (risas). Cuando tenés 17 años es difícil decidir qué querés estudiar y yo me sentía presionado con que tenía que hacerlo. Empecé otras carreras económicas y me cansé hasta que dí con Administración y la terminé. Hace poco me preguntaba si estaba arrepentido de haberla estudiado y creo que a pesar de todo no me arrepiento. En lo laboral te abre muchas puertas y a la hora de estudiarla tampoco estuvo tan mal.
¿Aplicas lo que aprendiste en Administración en lo que haces desde la música?
P.N: No, para nada. En eso soy muy hippie, muy del under. Soy muy pajero. Me crié en el under de zona sur en el que todas las bandas no son más que bandas y en el que ser profesional no tiene onda. Hoy en día hay un montón de bandas que trabajan más allá de lo musical pero a mí lo que no tiene que ver con la música me chupa bien un huevo. Nunca pude ser profesional, aunque intenté serlo cuando me empezó a ir medianamente bien.
El ser descontracturado ¿ayuda en lo creativo?
P.N: A veces sí, a veces no. Hay gente que es talentosa y creativa, que se pone las pilas y hace todo realmente bien y hay otra que simplemente no. A mi me gusta ensayar, grabar, tocar pero no puedo armar un show que me exceda. Yo me sigo considerando un artista del indie, del “do it yourself”. Las bandas de las que me rodee y que integran el mismo sello que yo, siguen esa misma ideología. Ojo, también respeto a las bandas que se consiguen un manager, un agente de prensa o quien les cargue los equipos pero tenés que invertir un montón de plata. No conozco ninguna banda que haya recuperado lo que invirtió excepto las que la pegan, que todos sabemos que son las menos. Entonces es raro… Capaz te queres comer el cuento de que sos la estrella: tenés todo, te sentís re bien porque lo podés pagar y está perfecto. No es mi caso. Preferiría que si eso pasa se de naturalmente.
¿Preferís mostrarte desnudo?
P.N: Si, no sé si desnudo, es lo que me nace. En algún punto también creé un personaje, ya sea al salir a tocar, al grabar mis canciones o al hacer las fotos del disco. Todo el tiempo estás dando una imagen tuya pero no el total de tu realidad. Trato de mantener una línea igual.
¿En qué se diferencia Pablo de Pablo Neptuno?
P.N: Somos la misma persona pero cuando escucho mis canciones me veo más relajado, como si estuviera perdiendo el tiempo cuando yo, en mi día a día, si me tengo que analizar, no pierdo el tiempo ni gasto oportunidades, todo lo contrario. No soy muy optimista en mis canciones porque es raro que escriba estando feliz.
¿Tus canciones nacen de un sentimiento de tristeza?
P.N: No se si de tristeza pero sí de añoranza, de buscar o recordar ese algo o ese alguien que estuvo pero ya no está. Generalmente compongo cuando me arrepiento de algo y siento que haciendo una canción, en algún punto, lo puedo solucionar.
¿Te paso de solucionar o revertir una situación con una canción?
P.N: No, generalmente la terminé cagando todavía más (risas). Por ahí me pasaba con la chica que me gustaba, que le escribía cuarenta canciones, no una, pero si yo le decía “te escribí cuarenta canciones” iba a pensar “a la mierda, estás re loco” (risas). Entonces me daba cuenta que quizás mostrarselas no era la mejor idea. Pero cuando escribo una canción para alguien es porque en el fondo quiero que ese alguien la escuche y poder transmitirle algo.
Citando a Gustavo, cuando estás triste ¿”Ponés canciones tristes para sentirte mejor”?
P.N: ¡Olvidate! Yo pongo la canción más triste que pueda escuchar. Igual siempre que estoy mal elijo a Bob Dylan, es muy raro que escuche otra cosa. Yo escucho el redoblante de Like A Rolling Stone y me la sube, me siento vivo. Están lxs que dicen “no puedo escuchar a Radiohead si estoy triste porque me pego el balazo”. Y no, boludo, ¡eso está mal! Eso es falta de empatía (risas). No te tenés que matar, tenés que entender que hay gente a la que le pasa lo mismo que a vos.
Neptuno es el planeta más frío del sistema solar. Vos, Pablo, ¿sos frío?
P.N: No soy frío pero a veces la timidez hace que uno parezca frío. Es cierto que cuando realmente una persona no me interesa no suelo darle bola pero no de malo sino porque no me sale. Los que me conocen realmente dudo que digan que soy frío.
En tu bandcamp decís que no sabés aprovechar el tiempo de estudio ¿por qué?
P.N: Es un juego de palabras diciendo que no sé estudiar, que me cuelgo con cualquier boludes. También es un chiste porque antes grababa muchos discos, ahora no tanto, y digo que no aprovecho el tiempo de estudio porque grabo en mi casa. Siempre lo hice en mi cuarto y con pocos recursos porque no sé usarlos, porque no los tengo y porque creo que aún teniéndolos no los usaría. Me gusta lo simple, me gustan las canciones cortas y las buenas melodías. No me gusta enroscarme. Igual, me sorprendiste con la pregunta (risas). No pensé que me podían preguntar por eso.
¿El sonido lo-fi es parte de tu búsqueda?
P.N: Si, yo creo que nunca voy a dejar el lo-fi. El home studio te lleva a hacer lo mejor que podes hacer con los pocos recursos que tenés y a medida que vas aprendiendo le sacas la ficha a las ecualizaciones, los efectos. Pero mi búsqueda son las canciones, no un sonido hi-fi. Si busco que suene bien, que te den ganas de bailar, de moverte, sin sonar crispy.
¿Por qué decidiste samplear a Menudo y a Niembro?
P.N: Hold Me de Menudo lo samplee porque es un temazo, mal. Está buenísimo. Yo lo quería samplear pero no sabía cómo hacerlo pero una vez que aprendí, adentro. Y lo de Niembro fue porque estaba viendo el superclásico, Boca-River, por la Libertadores, que fue el partido del drone, el Panadero y el gas pimienta, y parecía mentira las boludeces que decia Niembro. Entonces agarré un micrófono, lo conecté a la notebook y lo grabé. No sé, quedó bueno. Es una canción más bien en chiste pero a mi me divierte. Todas las canciones de licenciado van por ese lado. Es mi disco favorito pero no lo pensé mucho.
¿Qué hay en el próximo disco?
P.N: Hay mucho sintetizador. Es un disco synth-pop, hay mantras y muchas influencias de los 80s. The Cure, por ejemplo, es una de esas influencias y si bien no es una banda que me guste, que escuche todo el tiempo, tiene canciones que son increíbles y me agarro de eso. Es muy distinto a los discos anteriores pero la búsqueda es la misma: la canción. Si bien sigue estando la añoranza también hay historias que hablan de lo cotidiano, de mi día a día.
¿Te hubiera gustado vivir en la década los 80?
P.N: ¡No, ni en pedo! (risas) No me interesa. De haber nacido en otra época hubiera elegido los 60s o 70s. Yo siempre tuve la fantasía de los 60s porque siempre fue esa mi idea de “lo cool”. Los 80s me parecen re copados desde lo comercial, lo estético, y más hoy en día que hay un revival muy fuerte. El popart, que es agarrar un objeto y sacarlo de contexto, me fascina. Y a los 90s le tengo cariño porque es la década que viví pero no creo que hayan aportado mucho. En cambio, en estos últimos años hay mucha data; internet cambió todo. No creo que haya mejor época para vivir que ésta.
¿Te cuesta trasladar al vivo lo que nace en tu cuarto?
P.N: ¡Me encanta tocar! Cada vez me gusta más. Dejé la guitarra, aunque no en todos los temas, y me siento muy libre cada vez que canto. Es éxtasis, es una sensación orgásmica. Antes la guitarra era como un escudo. Tambien tengo una banda muy fuerte, hay mucha química entre nosotros. Les confío mucho y les doy libertad, porque si bien el proyecto es mío, ellos vienen a sumar y quiero que flasheen también.
¿Cuáles son las expectativas que tenés de cara al FestiFlama?
P.N: Espero que la gente se acerque al escenario y no me haga cantar frente a un bache (risas). Yo, como público, busco estar cerca del artista. Quiero que se ponga, que vaya un montón de gente y si me pinta agarrar el micrófono y tirarme al piso poder hacerlo… No, bueno, al piso no. No me gusta ensuciarme (risas). Espero que sea divertido y pasarla bien. Si hay algo que detesto es ir a tocar y pasarla mal.
¿Alguna vez la pasaste mal arriba del escenario?
P.N: ¡Si! Hace poco me pasó de estar nervioso porque con la guitarra no me sentía cómodo. Estaba por saludar, agradecer e irme a la mierda pero solo había tocado dos temas y no podía ser tan caradura. Pero son días… En Festiflama vamos a estar a banda completa, vamos a ser seis arriba del escenario, con música y baile.
Por: Tomás Altina.